Este hotel, que aún conserva rasgos modernistas en su fachada, comenzó su andadura allá por el 1937 como hospedaje, casa de comidas y cine. Totalmente reformado, se emplaza en el centro del pueblo de Miño, muy cerca de sus playas y entorno natural.
Cuenta con bicicletas a disposición de los clientes, habitaciones adaptadas y todo lo necesario para una estancia placentera.